Historias navideñaxxx (tercera parte): una noche BUENA.
Érase una madrugada de Navidad, en la que me encontraba brindando con mi madre (todavía vivía con ella). Ya estaba casi listo para partir. Solo me faltaba ese choque de copas y ya está. Lo hice. Ahora sí, era libre de salir a festejar con quienes eran mis amigos por aquel entonces. Era el mejor momento. La noche estaba en pañales. Era toda mía. Solo debía comprar escabio e ir a lo de mi amiga, donde habíamos acordado, para terminar en la Arenales, la mítica placita de Devoto. Luego de comprar el alcohol (un par de birras y un fernet), me fui a lo de la muchacha. Estaba chocho, ya que, en las calles, se percibía la alegría en el aire, el espíritu navideño. Una vez allá, los chicos me reciben con besos, abrazos, música y alcohol. El mejor de las bienvenidas, se podría decir, por el simple hecho de que el ambiente festivo estaba a la orden del día. No me podía quejar para nada. Me hago con un grupito de amigos para cagarme de risa lo más bien. Entrar al tono con los demás...