Un mensaje por Whatsapp me llega. Era Hernán, que me deseaba unas buenas tardes. Muy tierno de su parte, ya que no solemos hablar tan seguido. Me llegó bastante, debo admitir. Entonces, le contesto. Como estaba en el trabajo, la charla no podía ser muy fluida, pero, no por eso, era menos entretenida. La verdad, el muchacho me hizo cagar de risa muy seguido. No recordaba lo divertido que era. La charla continuó normal hasta que, en un momento, me pintó ir al baño a hacer lo primero, pero, repentinamente, me pintó tomarme una más que sugerente foto en el mismo sitio en el que estaba. Sí, me bajo el pantalón hasta los pliegues de la cola, quedo en tanguita, tiro la colita para atrás, pongo el celular en el modo cámara, estiro el brazo bien alto hasta el ángulo correcto y aprieto el obturador. Me habré sacado como unas cincuenta fotos mas o menos. Las miro cuidadosamente, elijo las que mas me gustan y las subo a los estados del Whatsapp que estaba usando hace u...