WhatsexXx:
Un mensaje por Whatsapp me llega. Era Hernán, que me deseaba unas buenas tardes. Muy tierno de su parte, ya que no solemos hablar tan seguido. Me llegó bastante, debo admitir. Entonces, le contesto.
Como estaba en el trabajo, la charla no podía ser muy fluida, pero, no por eso, era menos entretenida. La verdad, el muchacho me hizo cagar de risa muy seguido. No recordaba lo divertido que era.
La charla continuó normal hasta que, en un momento, me pintó ir al baño a hacer lo primero, pero, repentinamente, me pintó tomarme una más que sugerente foto en el mismo sitio en el que estaba.
Sí, me bajo el pantalón hasta los pliegues de la cola, quedo en tanguita, tiro la colita para atrás, pongo el celular en el modo cámara, estiro el brazo bien alto hasta el ángulo correcto y aprieto el obturador.
Me habré sacado como unas cincuenta fotos mas o menos. Las miro cuidadosamente, elijo las que mas me gustan y las subo a los estados del Whatsapp que estaba usando hace un rato. Salgo del baño.
Unos pocos minutos después, el celular no paró de crujirme. Era este maldito jeropa que no paró de mandarme un aluvión de mensajes por Whatsapp, haciéndome saber lo mucho que le gustaron las imágenes.
Yo, toda halagada, acepto sus piropos. Sinceramente, no pensé que le fueran a gustar, ya que lo veía muy hétero. Es decir, éramos muy amigos nomás, no sabía que podía llegar a enloquecerlo mi culito.
Fue tanto así que, pese a estar en el trabajo él también, me mandó unos cuantos mensajitos con fotitos incluidas. En ellas, podía ver lo mucho que lo había excitado. No mentía para nada este muchacho.
En las mismas, se podía observar una pija importante (como de unos diecisiete centímetros maso), que intentaba ser oculta tras un escritorio. Se veía claramente, ya que trabajaba en Call center, o algo así.
Quedé tan encantada con el hermoso paisaje que se plasmó que, en un total gesto de agradecimiento, me mandé de nuevo al baño a sacarme algunas más, pero exclusivamente para Her. Soy toda un amor.
En esta oportunidad, dejé el celu apoyado en el lavabo, configuré el temporizador, me puse de espaldas, me bajé el pantalón otra vez y permití que el flash atrapara el momento preciso con mi cola al aire.
Le mandé las que mas me gustaron y, creo yo (sin temor a equivocarme), que estuvimos bastante de acuerdo con eso, ya que quedó fascinado con las mismas. Se podría decir que tenemos los mismos gustos.
De inmediato, se puso a sacarse fotos, para mandármelas al toque. Creo que pude verle la verga en cada ángulo habido y por haber. Conocí cada milímetro de su chota en un solo día. Increíble.
En eso, entre un par de fotitos, de colado, me llegó un video... un terrible video. Quedo asombrada, ya que no me esperaba que fuera capaz de ir al baño para mostrarme algo. El giro que dio esto, fue precioso.
Se trataba de mi amigo, "Herni", con viejos azulejos celestes de fondo, algo dañados, pero que me daban la impresión de que era en un baño. Re rompe yo, fijándome en esas boludeces en vez de disfrutar.
En cuanto al video que me mandó, duraba unos muy escasos segundos, menos de un minuto y se podía ver a Her acogotando su hermoso ganso. Resaltaba su mano subiendo y bajando a lo largo de su tronco venoso.
Yo ya no podía volver al baño, por lo que se me ocurrió pasarle cosas viejas para estimularlo. Me topé con un videíto queriendo hacerme la sexy y unas fotitos en culo. Alta atrevida soy.
En el primer video, salgo yo desde el primer cuadro, sentada en la cama de un ex chongo, saludando con la mano a la cámara. Hacía una sonrisita cómplice, sabiendo la que se vendría posteriormente.
En eso, me levanto de la susodicha cama maravillosa que gastamos tanto con mi ex chongo, para ponerme de pie al toque, darme vuelta para quedar de espaldas a la cámara y darle el toque final.
De inmediato, baja la cámara, para mostrar que yo tenía puesta una pollerita rosa muy cortita que dejaba muy poco a la imaginación. Se podía notar que tenía una diminuta tanga blanca coladísima.
Mis cachetes, que se asomaban impunemente por debajo de la pequeña pollerita rosa, eran sacudidas lentamente de un costado al otro, sin parar, en frente de la curiosa camarita que no dejaba de observar cada movimiento que hacía.
En cuanto a las fotos, una de ellas era yo, en el mismo lecho, con un vestido negro, cortito que, a duras penas lograba taparme la cola, ya que, como estaba recostada de costado, se veía levemente mis cachetes.
Otra de las imágenes, era yo, obviamente, de espaldas a la cámara, pero con un vestido blanco en esta oportunidad, que tampoco podía taparme. Dejaba escapar la parte inferior de mis nalgas.
Las demás, eran más o menos lo mismo; era yo mostrando la colita, pero sin mostrarlo del todo. Como que la sugería nomás. Eso me pareció lo más sexy, y creo que fue esa, mi obvia intención.
Her comprendió que estaba trabajando y que no podía estar yendo y viniendo como maleta de loco. Entonces, me dijo que no me preocupara, que ya tenía suficiente con todo lo que le acababa de pasar.
Al siguiente video (que tuve que abrir con carpa para que no se dé cuenta mi jefe), se podía observar que, de la misma pija, chorreaba mi baba blanquecina favorita por la punta, como una botella de champagne.
Brotaba de su glande para derramarse con mucha rapidez sobre sus dedos. Qué rico. Qué desperdicio de mema. Me hubiera encantado pasarle la lengua para limpiársela.
La leche salía de la punta de la verga, recorría todo su tronco, trepaba por sus dedos, manchaba sus huevos y morían esas pobres gotas fuertemente contra el suelo. Y así quedó por un rato, chorreando.
Al ver esa catarata de guasca con mis propios ojitos, me dio una sed tremenda e hizo que se me empape la cola mal. Disparó la imaginación de mi mente para verme a su lado.
El video finaliza enfocando sus piernas, sosteniendo los pantalones y su pija durmiéndose de a poco. De sonido ambiente, su respiración agitada ambientaba la situación.

Comentarios
Publicar un comentario