El Rengo (Parte I).
En el 2013, una de mis bandas favoritas (La Renga), tocó en Cosquín, Córdoba. Obviamente, no me lo podía perder. Debía ir, aunque tenga que donar mis órganos. El primer conflicto, se dio cuando ninguno de mis amigos podía ir. No habían cobrado aún. Estábamos todos quebrados. Me quería morir. Debía ir solo. El segundo, fue cuando ninguno de mis parientes que vivían en la provincia, podían darme techo. Una frustración bárbara me agarró. Me perdería del recital, pensé. Al final, me terminé mandando sólo. Mandé a todos y a todo al carajo. Fui de todos modos. No me importó nada. No me lo podía perder. Era un evento único. Si el concierto se dio sábado y domingo, yo llegué viernes. Me saqué la entrada, acá, en Capital Federal, viajé en micro común y fue. Hice todo por mis medios. Me llevé una carpita, una mochila, ropita, plata y listo. Era yo. No necesitaba más. Era re yo. Ni bien llegué a la ciudad, me puse a chusmear. No me pude contener. Pas...