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Mostrando entradas de abril, 2024

El Japiturro.

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 Me encontraba limpiando un poco mi pieza hasta que, de repente, suena el timbre. Era Martín, el wachiturro que tengo por vecino. Bah... "vecino", vivía en el edificio de al lado nomás.  Bueno, la cosa es que me había olvidado que él venía, así que... quiero abrirle desde el portero, pero no se podía. No me acordé que, a veces, fallaba la cagada esa. No pegaba una realmente.  Agarro las llaves y bajo para abrirle. Ahí estaba, parado frente a la puerta, apoyado sobre el marco de la puerta, con un pucho en la boca, como haciéndose el canchero. Alto caradura.  Cuestión que le abro, le doy un beso (casi en la boca). Nos reimos de eso. Pero tratamos de no darle bola, de seguir con lo nuestro que era, básicamente, ir hasta mi departamento a... no recuerdo qué. A joder, seguramente. Fija.  La primera en encarar la escalera, fui yo, por lo que me permitió ir adelante. Claro, qué tarada, al ser mi casa, así debía de ser. Pero, por alguna razón, pensé que podría adelantár...

Consolador de carne.

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 Después de una ardua jornada intentando arreglar su casa, a mi vecino, Juan, se le da por tirarse en el sofá más cercano que encontró. En ese verdoso oscuro, que tanto le permite relajarse rápidamente.  Luego de unos segundos cerrando los párpados, empieza a escuchar unos sonidos raros que, a medida que se iba acercando al lugar de origen, los iba escuchando mucho más nítido, hasta distinguirlo.  Eran gemidos, claramente, y provenían del departamento contiguo al de él. Apoyó la oreja en la pared para poder encontrar el lugar preciso en el que se generaban aquellos ruidos... como era de esperarse.  Al finalmente encontrarlo, se da cuenta que hay un curioso agujerito muy cercano al sitio, acerca el ojo y halla más de lo que buscaba. Como dice la dichosa frase: Vino buscando cobre y encontró oro.  La secuencia con la que se encuentra, es a mí, bailoteando como una loca. Movía la burra frente a ese agujerito indiscreto de un lado al otro. Hacía que ambos cachetes s...

El agujero de la gloria.

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 Hubo un tiempo en el que descubrí un "glory hole" en un baño. No voy a decir dónde queda, por si lo escrachan (como si alguien fuera a leerme), o quizás, porque ya lo cerraron. La cosa es que quería contar de la vez que me encontré con uno.  Fue una vuelta que fui a un baño público. Mi costumbre es siempre la de ir a los cubículos de los inodoros, aunque esté solita, no me importa. Me gusta mucho la privacidad que te dan estas cuatro paredes, aunque sean de papel.  La cosa fue que estaba por mear, hasta que, de pronto, había un muchacho en uno de los mingitorios. Me hizo unos ojitos, y mi reacción fue la de asombro, no me la esperaba. Encima, el muchachote morochote (que estaba enorme), era guapote. Bien "cogestible".  Todo arrancó cuando, al entrar en el cuartito, le respondí el gesto con un beso a la par que me adentraba. El chaboncito, se ve que sacudió la nutria, se dio vuelta hacia donde me alojé un ratito y me siguió hasta donde yo me encontraba.  En eso ...

Si-esta putita te deja dormir.

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 Una de las tardes que intenté dormir una deliciosa siesta en la casa de mi tía, me dejó este maravilloso relato que voy a contar a continuación. Espero lo lean y se deleiten con lo que voy a comentar. Procuraré no omitir detalles.  La música sonaba muy fuerte en el cuarto que se me asignó, es que el vecino estaba alegre. Se ve que estaba bien jodón aquella tarde. Así que... me levanté de aquella cama y me fui como estaba a la pieza de mi primo Nahuel.  Ni bien abrí la puerta, me encontré con Nahu durmiendo de lo lindo. Alto hijo de mil. Claro, era por eso que me lo habían dado. Era porque daba a la casa del vecino más molesto que podría tener la bendita cuadra. Qué castigo.  Me acerqué a él para hablarle, pero no de su lado, sino del que me acostaría en caso de aceptar. Me apoyé con las manos sobre aquel lecho, puse las rodillas encima del vacío espacio y le susurré las palabras que siguen a continuación:  -"Nahu... Nahu... ¿Puedo dormir con vos? Porque el veci...

(Otra vez) Me fifan en el FIFA.

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 Esto pasó una calurosa noche de música, charlas, risas, birra y videojuegos en lo de Santino, mi lindo compañerito de laburo.  Después de unas zarpadas risas acompañadas de unos buenos tragos de birra y fernet mientras teníamos algo de música de fondo, nos pinta jugar un par de partiditas en el FIFA.  Nos acomodamos bien en el maravilloso sofá de Santi, ponemos nuestros culitos allí, prendemos la play y, ¡a jugar se ha dicho!  En el primer partido que jugamos, le propiné tal paliza, que le dolió en los huesos. Mal. Fue terrible goleada la que le pegué. Casi todo el partido fue mío, se podría decir. CASI.  -"Me ganaste de pedo", balbuceaba con bronca, mientras arroja el joystick algo lejos.  -"¿Cuál pedo, nene? Si te gané 5 a 0. Parecía una masacre, más que fútbol", le exclamé enervada.  -"Te tuve lástima y te dejé ganar. No quería que sigas llorando", comentó el tonto, a las risas.  -"Bueno, si sos tan bueno, hagamos una interesante apuesta enton...